EFE
Luces y cámaras ya están preparados a la espera del grito de ¡Acción! en la «Metrópolis del Cine Oriental», el Hollywood chino que la empresa Wanda inauguró este sábado después de cinco años de construcción en la ciudad costera de Qingdao, y al que pretende atraer grandes producciones.
«Ofrecemos todo tipo de infraestructuras y servicios para satisfacer las necesidades de los equipos de producción, así que estoy muy seguro de que se convertirá en el destino ideal para todos los productores, tanto nacionales como internacionales», explicó el consejero delegado (CEO) de Wanda Studios, Alvin Fu, en una entrevista.
Fue en 2013 cuando el conglomerado del magnate Wang Jianlin inició la construcción de estos estudios, ahora los más grandes del mundo, en una superficie de 166 hectáreas en la ciudad china de Qingdao, famosa por su cerveza y ubicada a orillas del Mar Amarillo.
Casi cinco años y 50.000 millones de yuanes (6.500 millones de euros) después, la ciudad del cine china cuenta con 30 platós de grabación en funcionamiento -uno de ellos de 10.000 metros cuadrados que se erige como el mayor del mundo- y 10 más en construcción, además de otras instalaciones.
Fu destacó que aparte de los escenarios, el complejo cuenta con los mayores estudios de grabación marinos del mundo: una piscina exterior de 75 metros de largo por 75 de ancho y otro cerrado para grabar en el interior.
Hoteles de lujo, un hospital y un colegio internacional, villas de viviendas, un centro comercial, un teatro, un puerto deportivo y tres parques temáticos (de atracciones, acuático y otro dedicado al cine) completan la oferta de entretenimiento y ocio del complejo, que cuenta también con una colina con un letrero de su nombre al más puro estilo hollywoodiense.
El año pasado, considerado «piloto» para la puesta a prueba de la ciudad, la Metrópolis albergó diez producciones, entre ellas La Gran Muralla, coproducida por Matt Damon, o la secuela de Pacific Rim y, según aseguró Fu, «para la segunda mitad de 2018 sus estudios están casi todos reservados».
Su objetivo es convertirse en el destino estrella de los productores locales, que hasta ahora filmaban en estudios de grabación ubicados en Pekín o algunas ciudades del sur de China, explicó, pero que no contaban con los «estándares de calidad internacional» que ofrecen los de Wanda.
Además de sus instalaciones, una de las principales ventajas que ofrecen es una política «altamente competitiva» de subsidios, con unos fondos dedicados de 5.000 millones de yuanes (650 millones de euros) para subvencionar hasta en un 40% las películas de calidad que se filmen aquí.
El CEO de Wanda Studios explicó que la apertura de estos estudios impulsará la calidad de la industria cinematográfica china y su aumento de relevancia a nivel internacional, al tiempo que se fomenta la apertura del país al atraer producciones extranjeras, incluso aunque estas luego no puedan proyectarse en China.
El país asiático establece una cuota máxima de 34 películas extranjeras que pueden presentarse en sus salas cada año, con lo que la oferta principal de películas la componen cintas locales o coproducciones con otros países.
Su industria cinematográfica acusa además una falta de «estudios de alta tecnología, equipamiento de grabación avanzado y procesos de postproducción digital», y necesita «establecer un sistema integrado de grabación, postproducción, publicidad y distribución», apuntó la firma en un comunicado divulgado en la presentación.
El resultado es que la mayoría de las películas chinas tiene que hacer su postproducción en Hollywood o incluso en Corea del Sur o Japón, algo que Wanda quiere remediar con este lanzamiento.
«Marcará un hito en la industria del cine de China», un país en el que la producción cinematográfica está todavía en las primeras fases de desarrollo, destacó en la ceremonia de inauguración el propio Wang Jianlin, cuyas finanzas atraviesan dificultades en este momento.
Tras una oleada de ingentes inversiones y compras en el extranjero, el Grupo Wanda ha recibido presiones de las autoridades para reducir su deuda y atajar su falta de liquidez, lo que le ha llevado a vender muchos de sus activos, incluida la Metrópolis del cine de Qingdao.
Ésta es propiedad ahora del conglomerado inmobiliario Sunac China Holdings, aunque su gestión sigue estando en manos de Wanda.