20MINUTOS.ES
- El animal se adentró en Serbia, que no pertenece a la UE, sin conocimiento de las autoridades aduaneras.
Las autoridades búlgaras han condenado a muerte a Penka, una vaca que mientras pastaba tranquilamente por prados búlgaros cruzó la frontera de su país y entró en Serbia, que no pertenece a la UE.
Al parecer, la vaca, que además está preñada, se encontraba pastando en los alrededores del pueblo de Kopilovtsi, próximo a la frontera con Serbia, cuando desapareció. Dos semanas después fue localizada por un granjero serbio, que la devolvió a su propietario búlgaro, Ivan Haralampiev.
Sin embargo, Haralampiev se topó con la negativa de los agentes de aduanas, que le exigieron un certificado —del que carecían— para que el animal pudiera entrar correctamente en territorio comunitario.
De poco sirvió ser inspeccionada por un veterinario y constatar que estaba en buen estado de salud: las autoridades búlgaras exigieron que Penka fuese sacrificada, amparándose para ello en que el animal incumplió las leyes comunitarias al traspasar sin autorización la frontera de su país y salir de la UE. Añaden además que la vaca podría propagar enfermedades y por ello deben seguir las estrictas leyes sobre el movimiento de animales de granja.
«Honestamente, no entiendo para qué es esa regla. Esto ocurre siempre. No hay fronteras para los animales, y las vacas, los gatos, los perros…, siempre entran y salen de Serbia y Macedonia», arguyó el dueño de Penka.
En la plataforma Change.org, una petición con más de 23.000 firmas pide a la UE que reconsidere este caso y evite el sacrificio de Penka por haber salido de terrenos comunitarios. «Creemos que el caso de Penka refleja una falta de compasión por parte de los funcionarios de la UE hacia la gente común, como con el propietario de Penka, que está absolutamente consternado», indica la petición.
«Me gustaría preguntarles: si van a matar a mi vaca, ¿me darán una nueva?«, manifestó Haralampiev en declaraciones a The Telegraph. Sobre la situación que atraviesan, el dueño de Penka ha asegurado que «el estrés ha sido terrible para ambos».