EFE
- «La relación entre presupuesto y creatividad, encontrar ese equilibrio, es la verdadera profesión del director de cine», afirmó De la Iglesia en una charla.
Hoy en día sería «imposible» que un cineasta tan «excepcional» como Stanley Kubrick triunfara. Así lo cree Álex de la Iglesia, que aseguró que no solo sería muy difícil encontrar alguien que financiase esas «ideas locas» y geniales de Kubrick, sino también que el público aceptara su cine.
«La gente está muy edulcorada«, sentenció el director durante la master class que SundanceTV, canal del grupo AMC Networks, organiza anualmente en el Museo Guggenheim de Bilbao, y cuyas dos primeras ediciones fueron protagonizadas por Alejandro Amenábar y Fernando León de Aranoa. Una cita durante la que el responsable de El día de la bestia, La comunidad o el más reciente taquillazo Perfectos desconocidos, desentrañó las claves de su cine y del proceso creativo del director, cuya labor en el panorama actual desmitificó en relación a algunos grandes cineastas de antaño.
«Dirigir no es solo tener una idea estupenda, es encontrar dinero para hacer la película. La relación entre presupuesto y creatividad, encontrar ese equilibrio, es la verdadera profesión del director de cine», afirmó De la Iglesia. Y es que esa figura mítica, casi legendaria, del director de cine como «ese personaje loco, creativo, autoritario, mágico… esa especie de Kubrick» es una excepción que se dio en el pasado y que no volverá.
«Kubrick es un caso único, un personaje excepcional en la historia del siglo XX que consigue sacar adelante una serie de películas excepcionales con un presupuesto enorme acorde con sus ideas… que son las ideas de un loco«, dice el cineasta que aseguró que «no fue normal» que le permitieran rodar La naranja mecánica, ni 2001: Una odisea del espacio, ni siquiera Barry Lyndon. «No son películas normales, son películas realmente extraordinarias que hemos tenido el privilegio de que han coincidido con nosotros en el tiempo y de que hemos podido ir a verlas a un cine. Pero eso no va a volver a ocurrir nunca. Nunca», afirma vehemente.
Y que nunca vuelva a emerger un Kubrick tiene su explicación en varios factores: que es casi imposible que vuelva a surgir un cineasta de su talento, que se dé un entorno como el de entonces, con unas condiciones «excepcionales» en un momento «de una apertura ideológica y moral increíble, de una aceptación de lo diferente fuera de lo común», y, no menos importante, que ahora ni siquiera el público está en sintonía para obras como las suyas.
«Igual tampoco iríamos al cine a ver sus películas. Ahora la gente está muy edulcorada, eso es un hecho. No somos los mismos en el sentido de que tampoco tenemos como sociedad esa libertad», dice el director que se definió como un ferviente creyente en las «esencias». Y es que, sostiene De la Iglesia, hay «cosas bien hechas y cosas mal hechas» pero no se puede caer en la trampa de comparar todos los productos de manera «arbitraria».
«No podemos decir: ‘Me gusta más el cordero que la ensalada’ o ‘Me gusta más la tarta de queso que el cocido’. No son comparables. Y es lo mismo si hablamos de series. No podemos comparar Velvet, que es impecable y cumple sus objetivos, con Vergüenza, que es una serie muy buena hecha con poquísimo dinero y que ya es un éxito la vea un espectador o la vean cien mil», sentenció de nuevo el director que, hablando de series, apunta que ha escrito unas cinco -«pero otra cosa es que gusten, que sea el momento o que se puedan llevar a cabo»- y reveló que trabaja en una serie de terror de la que habrá pronto noticias. «Espero rodarla el año que viene», adelantó.
Series y cine, el elemento diferencial
En el coloquio moderado por el periodista David Martos, De la Iglesia estuvo acompañado por el Presidente de Movistar+, Sergio Oslé, que profundizó en la estrategia de la compañía, que entiende su producción original -sus series y ahora también sus películas- como un complemento de su oferta de entretenimiento que ayuda a «diferenciar» y a enriquecer su propuesta en relación al resto de ofertas.
Confiando en los creadores por encima de todo, con grandes nombres de directores de cine como Alberto Rodríguez (La peste), Mar Coll (Matar al padre) Cesc Gay (Félix) Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero (Vergüenza) o Enrique Urbizu (Gigantes) en su nómina de series originales, Movistar+ busca «la diferenciación dentro de una oferta de entretenimiento mucho más amplia que incluye programas, deportes y ficción propia y de terceros».
«No vamos a hacer una serie de Telecinco mejor que Telecinco y no vamos a hacer una serie de Netflix mejor que Netflix«, afirma Oslé para después revelar que la estrategia original de Movistar+ «era producir unas cinco o seis series al año» pero que cuando comprobaron que había «material muy potente» decidieron «subir la apuesta hasta diez o doce series de producción propia al año». «A todos nos está sorprendiendo bastante lo bien que van», apunta el presidente de Movistar+ que anunció que su objetivo «es hacer incluso más» hasta llegar «a las catorce o quince series originales al año».
Una apuesta por la producción propia que también vuelve ahora su vista al cine, donde Movistar+ ya tiene en marcha el rodaje Mientras dure la guerra, el nuevo filme de Alejando Amenábar que, protagonizado por Karra Elejalde, relata el viaje intelectual y ético de Miguel Unamuno tras el estallido de la Guerra Civil. «La idea es estabilizaros sobre las tres o cuatro películas al año», resumió Oslé.
El acto celebrado en el Guggenheim también contó la presencia de Alicia Martínez, Directora de Comunicación e Imagen del Museo Guggenheim Bilbao; Eduardo Zulueta, Presidente de AMC Networks International para el Sur de Europa y América Latina, y Alberto Macías, Presidente de ALMA Guionistas. La master class arrancó con la proyección del cortometraje español ganador de los SundanceTV Shorts 2018, ‘El camino de Santiago’, de Mario Monzó, un certamen en el que el canal cada año premia las piezas más brillantes del panorama nacional con un jurado compuesto por Movistar+, Fotogramas y el Sindicato de guionistas ALMA.