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Wojciech Jabczynski es un alpinista polaco que hace unos días se llevó una enorme sorpresa cuando estaba escalando el Rysy, el pico más alto de su país (2.499 metros), en la frontera con Eslovaquia.
Tras hollar la cima, el alpinista se encontró con un gato doméstico que, tranquilamente, se acicalaba como si cualquier cosa. De hecho, no hizo caso del alpinista hasta que éste sacó de su mochila algo de queso.
Jabczynski cree que el gato llegó allí desde una cabaña turística situada al otro lado de la cima, en el lado eslovaco de la montaña.