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Cameron Underwood es un joven estadounidense que en 2016 intentó quitarse la vida disparándose en la cabeza. El tiro no fue mortal, pero su rostro quedó totalmente desfigurado: perdió la nariz, la mayor parte de la mandíbula inferior y todos los dientes menos uno. Ahora, ha recuperado su vida gracias a una complicada operación de reconstrucción de rostro.
La operación se llevó a cabo en el hospital Langone de la Universidad de Nueva York, y en ella intervinieron 100 personas en total, durante 25 horas. Tan solo habían pasado 18 meses de su intento de suicidio, por lo que la intervención, según el centro universitario, se ha llevado a cabo en el menor período de tiempo entre lesión y cirugía de la historia de Estados Unidos.
Cameron recibió un trasplante de rostro. La mandíbula fue reconstruida, incluidos los 32 dientes y las encías. El paladar y el suelo de la boca, los párpados inferiores y la nariz fueron reemplazados, así como también la lengua del paciente.
El donante de rostro es Will Fisher, un joven que falleció con 23 años. Sally, la madre del donante, aseguró estar «agradecida de que, al cumplir su decisión, pudiéramos dar vida a otros», recoge BBC.