BELÉN SARRIÁ
- La actriz interpreta a una monologuista en ‘¿Qué te juegas?’, la nueva película dirigida por Inés de León, que llegó el pasado viernes a los cines.
- Esta película «se burla de los tópicos y clichés que funcionan en las comedias románticas», cuenta la intérprete.
- «Soy como todas las mujeres que se enfrentan al micromachismo en sus puestos de trabajo», asegura Dolera.
Actriz, directora, guionista, escritora… Y aun así, no ha sido el cine sino las redes sociales las que han hecho de Leticia Dolera la mujer de moda. Salpicada por un caso de discriminación laboral, se mantiene firme en su lucha por la mujer: «Soy como todas las que se enfrentan al micromachismo en sus puestos de trabajo». Desde el pasado viernes, acepta el reto de hacer monólogos en ¿Qué te juegas?, filme que hará reír a «todo aquel que se sienta millennial«.
En la cinta, se mete en la piel de una monologuista sin éxito que está dispuesta a engañar por conseguir la fama. Para usted, ¿qué es el éxito?
En cierto modo es despertarte con ilusión y disfrutar del café cada mañana. El éxito lo identificamos mucho con un triunfo profesional a nivel de taquilla, presencia en medios o ganar premios, pero no sé si es eso el éxito en la vida.
¿Considera que lo ha logrado?
No creo en que el éxito profesional sea un lugar concreto al que llegar. Mi trabajo es una carrera muy de fondo, en donde a veces puedes estar haciendo una película muy pequeña y disfrutarla mucho. No hay una tabla matemática que te diga que has tenido éxito como actriz, más allá de ganar un Goya.
¿Qué le ha dado más nombre: el cine o las redes?
Otra vez entramos en una percepción ajena a mí. Yo llevo trabajando en esto toda la vida y me siento muy afortunada de poder hacerlo. Es curioso porque llevo cinco meses sin tuitear. Aparte de que Twitter solo lo usa un 10% de la población española, y se le da un eco que pasa a los medios generalistas. En esa red solo conoces lo que la persona que tuitea quiere que conozcas de ella.
¿Esta película es una comedia romántica o más bien una crítica al género?
Es una comedia romántica que, en una parte del metraje, se burla de los tópicos y de los clichés que funcionan para que el chico enamore a la chica.
Hay quien la sitúa en la era Tinder…
Es verdad que tiene un cierto aroma millennial: es moderna y con personajes que están en el barrio de Malasaña [Madrid]; también se habla de aplicaciones como Tinder y Spotify, porque ese es el universo de la directora Inés de León, quien le añade referencias pop.
Al cine español se le suele tachar de tender al humor fácil, ¿es este el caso?
No sé cuál es el humor español.
Pues, ¿cuál es el de esta película?
Blanco, en tono de dibujo animado cartunesco, con muchos chistes y con el ritmo que tiene la directora en su cabeza.
¿Qué público se reirá con estos chistes?
Todo aquel que se sienta millennial.
¿Qué hueco ocupa este papel en su carrera?
Ha sido un reto hacer de monologuista porque es una profesión que admiro y respeto. Atreverme a subir al escenario con un micrófono fue un paso importante. He descubierto que la stand-up comedy es fascinante, te permite usar el humor para liberarte de tus miedos y frustraciones.
¿Podría ser ese su próximo reto?
Pues sería una aventura que me haría crecer y pasármelo muy bien. Pero ahora mismo ni tengo tiempo ni me veo con fuerzas de intentarlo.
¿Qué le divierte más: dirigir o actuar?
Me gustan ambas. Tengo la sensación de que todo forma parte de lo mismo: contar historias a través de personajes ficticios.
¿Cómo le afectó la polémica que tuvo con la actriz Aina Clotet?
A nivel personal, que te acusen de un crimen que no has cometido, despedir a una mujer por quedarse embarazada, es extraño. No despedimos a nadie, simplemente no la contratamos, pero no por discriminación. Esta se da cuando un empresario se quiere ahorrar un sueldo o una baja y aquí no hubo eso, sino que fue un impedimento artístico.
¿Qué le dice a esa gente que se siente defraudada?
Que se lean la pregunta anterior. Lo que más me duele como feminista comprometida es que se use esto como chivo expiatorio de los miles de casos que existen en España, en los que las empresas sí nos discriminan a las mujeres por estar embarazadas.
¿Se puso en contacto con Clotet para explicárselo?
Muchas veces. Cuando todo pasó, hable con ella y después de que sacase su comunicado la llamé. Ella lo ve distinto y ya está.
¿Cree haber perdido autoridad para apoyar el feminismo y representarlo?
Nunca he pretendido ni tener autoridad ni representarla. Soy como todas las mujeres que salen a la calle en el 8-M, todas las que se enfrentan al micromachismo en sus puestos de trabajo y no se callan, pero a mí se me pone el micrófono delante. Siento que soy un altavoz más, no que sea ni la abanderada ni la autoridad.
Le habré dejado mal sabor de boca…
¡Qué va! Ya me lo llevé en su día cuando recibí una ola de odio y paternalismo muy fuerte, lo pasé muy mal. Estoy contenta porque, a pesar de la polémica, Déjate llevar es la única serie española seleccionada en el Festival de Cannes.