CARLES RULL
- El documental ‘McQueen’, que se estrenó este 8 de junio, recuerda la figura del diseñador Alexander McQueen.
- Coco Chanel o Yves Saint-Laurent han tenido sus ‘biopics’ y la reciente ‘El hilo invisible’ se inspiró en Balenciaga.
«Si te vas sin emocionarte no he hecho bien mi trabajo». No basta con ser el mejor o uno de los mejores, en el mundo de la moda también cuenta hacerse notar. La frase pertenece al británico Alexander McQueen, una de las leyendas de la alta costura. Sus desfiles y presentaciones nunca pasaban inadvertidos, mezcla de teatralidad y provocación. El documental McQueen, que se estrenó el pasado viernes 8, le rinde homenaje ocho años después de su muerte.
Un repaso a su carrera y un acercamiento al hombre que se convirtió en el principal diseñador de la firma Givenchy con solo 27 años. Una referencia en la década de los 90 y la primera década de este siglo XXI. El documental realizado por Ian Bonhôte y Peter Ettedgui recoge también grabaciones caseras, junto a su familia o amigos, nunca mostradas antes en pantalla. Ettedgui fue uno de los coguionistas de Listen to Me Marlon, basado en los audios personales de otro icono, pero del cine, como era Marlon Brando.
Casado desde el año 200 con el cineasta George Forsyth, el genio y el poder de convocatoria que ejercía McQueen contrastaba con sus tormentos interiores. Por ejemplo, las secuelas que le dejaron los abusos sexuales que padeció a partir de los nueve años a manos del primer marido de su hermana Janet, según confesaría ella misma tiempo después. O una adicción a las drogas que le resultaría fatal. Se suicidió a los 40 años, en febrero de 2010, ahorcándose después de haber consumido un cóctel de cocaína y tranquilizantes.
El documental se presentó mundialmente en el Festival de Tribeca con muy buenas críticas y su estreno, en nuestros cines, coincide con el lanzamiento en DVD y Blu-ray el pasado miércoles 6 de junio de El hilo invisible de Paul Thomas Anderson y que fue candidata a seis Óscar, entre ellos el de mejor película y actor, ganando el de vestuario. Una sensible y magistral visión de los creadores del mundo de la moda a través de un personaje ficticio, Reynolds Woodcock, interpretado por Daniel Day-Lewis, inspirado en el británico Charles James y en el guipuzcoano Cristóbal Balenciaga.
Los grandes diseñadores, sean hombres o mujeres, no han tenido la misma atención en el cine que las grandes estrellas de la canción, del deporte o incluso que el de las personalidades políticas. Uno de los títulos recientes más conocidos es la producción francesa Coco, de la rebeldía a la leyenda de Chanel, realizado en 2009 y protagonizada por Audrey Tautou. Año en el que coincidió con otra propuesta similar, la de Coco Chanel & Igor Stravinsky, protagonizada por Anna Mouglalis.
Maire-France Pisiser la había encarnado en 1981 en Coco Chanel (Chanel Solitarie), un largometraje que contaba en su reparto con Timothy Dalton, que seis años después se convertiría en Bond con 007 Alta tensión, y un Rutger Hauer que al año siguiente aparecería en la que sería la más mítica de sus interpretaciones, la del replicante renegado Roy Batty de Blade Runner.
Realidad, y también humor grueso y terror
Yves Saint Laurent también contó con dos películas estrenadas el mismo año, en 2014, y ambas con su nombre en el título. Yves Saint Laurent, con Pierre Ninney, era una biografía más convencional en torno a la joven promesa que se haría cargo de la prestigiosa firma Dior; mientras que Saint Laurent, con Gaspard Ulliel, se centraba en sus años de juventud, desde 1967 a 1976.
Antes había generado varios documentales como L’amour fou (2010), explorando la relación con su amante, el empresario y socio Pierre Bergé. Precisamente 2014 albergó otro estreno, el del documental Dior et moi en torno a la marca fundada por Christian Dior en los años 40. Dos años antes, en 2008, otro ilustre diseñador, el italiano Valentino, tuvo su documental con Valentino. The Last Emperor que recogía su vida profesional y personal a lo largo de un año.
Los entresijos detrás del glamour de las pasarelas y exhibiciones ha dado lugar a clásicos como Una cara con ángel, y que protagonizó un icono del cine y también de la moda como fue Audrey Hepburn, junto al también legendario bailarín y actor Fred Astaire en 1957.
Más oscuras y críticas eran Brüno con el humorista Sacha Baron Cohen con su sátira, políticamente muy incorrecta, o el thriller en forma de cuento de hadas terrorífico y enigmático que era The Neon Demon, del danés Nicolas Winding Refn. Lo protagonizó Elle Fanning en 2016, y las rivalidades, envidias o incluso el símil de «devorarse» unos a otros en la profesión se hacía explícito.
Cuatro películas que no pasarán de moda
Falbalas (1945)
Una de las aproximaciones más exquisitas al mundo de la moda y los diseñadores. Todo un clásico en blanco y negro dirigido por Jacques Becker y la película favorita del diseñador Jean-Paul Gaultier, la que le hizo descubrir su fascinación por la sofisticación de la alta costura.
Prêt-à-porter (1994)
El norteamericano Robert Altman vertió una mirada muy crítica en esta sátira plagada de famosos: actores, diseñadores y modelos. Entre ellos Julia Roberts, Sofia Loren, Marcello Mastroianni, Kim Basinger, Noemi Campbell, Claudia Schiffer, Carla Bruni, Linda Evangelista, Jean Paul Gaultier o Christian Lacroix.
Zoolander (2001)
Una de las mejores comedias de Ben Stiller se centró precisamente en este universo de rivalidades y enormes egos, de la constante ansiedad por estar en primera línea y un protagonista que hizo de la intensa mirada «acero azul» su pose marca de la casa. En 2016 realizaría una secuela, Zoolander N. 2, con Penélope Cruz en el personaje femenino principal.
El diablo se viste de Prada (2006)
Una comedia que se benefició de su pareja protagonista, una jovencísima Anne Hathaway y una veterana Meryl Streep, para estar a la altura del best-seller de la escritora Laura Weisberger, y que a su vez se basó en sus años de experiencia como ayudante de Anna Wintour, la redactora jefe de la prestigiosa revista Vogue.