Colarse en casas ajenas siempre ha funcionado en televisión. Pero la televisión ya no sólo se ve por la televisión, así que ahora las inmobiliarias discurren vídeos sobre sus pisos en venta y alquiler para visibilizarse a través de redes sociales como Tik Tok, que es la ventana emergente al consumo audiovisual más instantáneamente espontáneo. «Espontáneo», aunque sus usuarios tarden más de lo que parece en grabar y editar sus sketches.Y los pisos se graban al estilo de un micro spot que, encima, se cuelga gratis en redes hasta lograr provocar la ensoñación del ‘like’ de los usuarios y, de paso, que la gente sepa cómo se llama y dónde está tu inmobiliaria. Aunque, a veces, no queda más remedio que tirar de mordacidad y bien de eufemismos para vestir de aspiracional lo que no deja de ser un vergonzoso zulo. Incluso una pocilga puede sonar a lujo si se utilizan las palabras correctas a la hora de describirla. A los hechos nos remitimos. Estos días, una inmobiliaria madrileña ha presentado las bondades de un micropiso de alquiler que cuesta 1.100 euros y que, en realidad, no tiene ni habitación ni salón ni cocina ni comedor. Todo es una minúscula habitación. No pasa nada, el vendedor tira de verborrea, y listo: «Ante mí, lo que yo denomino la multiestancia. Salón, comedor, dormitorio y cocina». Todo en uno, pero con la denominación de «multiestancia» ya parece una jugosa modernidad. Porque a este minúsculo lugar no se puede llamar piso. El inmobiliario lo sabe y ya ha maquinado una engatusadora palabra con la que disfrazar la infravivienda de experiencia única: «Este ‘estudiático’, estudio y ático, va enfocado a un perfil de inquilino joven, quizá soltero, con un estilo de vida muy dinámico», dice en TikTok. A ver, el estilo de habitante para encerrarse ahí será muy dinámico pero poco se va a poder mover dentro del cuchitril rebautizado por ‘estudiático’, en donde el sofá está literalmente pegado a la lavadora. Sentado en ese mismo sofá, empotrado en el lavadero y a la vitrocerámica en la que no hay margen de maniobra para guisar nada, el mercader ha discurrido también una particular coartada para defender este espacio poco habitable que, en cambio, cuesta 1.100 euros al mes: «¿Y qué le pasa a la gente de ese perfil (refiriéndose al inquilino de vida dinámica)? Pues que cocina poco y, además, tiene cierta reticencia a poner la lavadora. Y es por eso que hemos diseñado aquí la cocina con lavadora integrada para que si un domingo por la tarde está aquí uno y le da pereza tender la ropa simplemente tiene que estirar la mano, sacarla y tenderla en el tendero». Quién no quiere ver el vaso lleno es porque no quiere, vamos. Aún falta un giro dramático. «Imagino que os estaréis preguntando, ¿y dónde duermo uno?». Magia, el chico de la inmobiliaria, de repente, hace descender un colchón embutido en la pared que cae sobre el mismo sofá. Sólo le falta decir que, de esta forma, subiendo y bajando el camastro portátil, el inquilino podrá ejercitar sus brazos y ahorrarse parte del gimnasio.No sabemos si se habrá alquilado ya el ‘estudiático’, pero el minuto y veintisiete segundos que dura este vídeo tiktokero termina siendo una demostración de que el arte del eufemismo puede transformar la inmundicia en opulencia. Y, sobre todo, que la ironía es la única salida para presentar semejante antro. De perdidos, a la ‘multiestancia’. Y alguien picará. @bydaviddegea Respuesta a @margirl9876 #PepsiApplePieChallenge #housetour #housingo #realestate #pisosenalquilermadrid #pisosdeestudiantes #realestatemadrid #aticoenmadrid #terrazas #realestateinvesting #tiktok #barriosalamanca #tiktok #foryou #inmobiliaria ♬ FEEL THE GROOVE – Queens Road, Fabian Graetz