EFE
Cerca de 60 personas han protestado este martes en San Sebastián en contra del rodaje en la ciudad de la última película de Woody Allen, con el argumento de que genera un crecimiento turístico «nocivo» y también por las acusaciones de abusos sexuales contra el director por parte de la hija adoptiva de su exmujer.
Los participantes, que habían convocado la manifestación para este lunes, pero que la han atrasado un día para coincidir con el rodaje de la película en la bahía de la Concha, han portado banderas feministas, ikurriñas y carteles con leyendas contra el turismo y contra el cineasta neyorquino.
La concentración había sido convocada por siete colectivos: los feministas Groseko Asanblada Feminista, Medeak y Donostiako Bilgune Feminista, Ernai -las juventudes de la izquierda aberzale- y organizaciones como Hotel+Ez, Garaipen y la plataforma Bizilagunekin.
La protesta finalmente no ha coincidido con el rodaje en la playa, que ha concluido más de doras horas antes, pese a lo que los concentrados han permanecido en el lugar durante algo más de media hora, repartiendo pasquines y coreando consignas como «Donostia no se vende» o «Woody Allen, fuera».
En los carteles se leían mensajes como «No alfombras rojas a los agresores» o «Tu turismo, mi miseria», entre otros. En su manifiesto los convocantes rechazan «las ayudas y el trato de favor otorgado desde las entidades públicas a Mediapro y Woody Allen para llevar a cabo este proyecto», al tiempo que reclaman «transparencia» para que los donostiarras «conozcan todos los datos y vicisitudes que rodean a este proyecto».
«Exigimos la supresión de toda iniciativa encaminada a incrementar la afluencia turística en nuestra ciudad», sostienen los firmantes, quienes piden además que se «elimine el presupuesto público destinado a la promoción turística», porque la ciudad «ya ha sobrepasado su capacidad de carga turística sostenible».
Por otro lado, estas organizaciones rechazan que se haya hecho un recibimiento público a «un agresor acusado de abusos sexuales» y censuran que el Ayuntamiento agasaje a Allen y al mismo tiempo presente la campaña estival contra las agresiones machistas, lo que han calificado de «claro ejemplo de ‘lavado lila'».