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- Es una tradición que se remonta al siglo XVI: tardan unas tres horas en vestirse y ponerse una peluca.
Desde el pasado jueves 3 de mayo, y hasta este domingo, la localidad murciana de Abanilla celebra sus fiestas, que culminan con la procesión de la Santísima Cruz. La procesión tiene una particularidad: en ella desfilan dos niños vestidos de niña.
Se trata de los pajes, dos niños de entre 5 y 7 años de edad que llevan vestido, corpiño y peluca femenina, además de numerosas joyas. Según el alcalde de Abanilla, Ezequiel Alonso, se trata de una tradición que se remonta al siglo XVI, cuando «la Iglesia, en el auto sacramental, sólo permitía el género masculino. No permitía a las mujeres actuar», dice en declaraciones al diario La Opinión.
El atuendo es muy complejo y se tarda entre dos horas y media y tres horas en ponerlo. Los niños se levantan el domingo de la procesión a las tres y media de la madrugada, porque a las siete y media de la mañana deben estar en la iglesia. Luego tienen que estar en pie hasta las 20.30 horas de la tarde. El sacrificio de los menores es tal que no pueden parar a hacer pipí: «Debajo del corpiño lleva una cremallera que se abre para que pueda hacerlo en una botella».
Los niños participan en actos durante toda la semana y el alcalde señala que normalmente, se trata de promesas de los padres: «Por ejemplo, si uno ha estado enfermo y se ha recuperado, la madre ofrece que sea paje».