EFE
- Las tres películas ofrecen una mirada a la relación del poeta con el continente americano.
- Narrados por Antonio de la Torre, cuentan con colaboraciones como Paula Ortiz o Silvia Pérez Cruz.
- Granada conmemorará el Año Lorca coincidiendo con la llegada del legado del poeta.
Juan José Ponce dirige una trilogía documental sobre el paso de Federico García Lorca por las ciudades americanas en las que vivió que ha comenzado con las cintas Lunas de Nueva York y Luna grande. Un tango por García Lorca, previas a la tercera que dedicará a México, el destino al que nunca llegó.
Ponce, que afirma no ser un experto en Lorca –«ni quiero serlo», ha comentado en la presentación de sus obras en una sala madrileña-, presume de que su mirada sobre el poeta «la entiende el hombre contemporáneo; quiero que mi madre, mi tía, comprendan a Lorca, no que los expertos digan que es magnífico».
Ideada por Antonio Ramos Espejo, periodista y escritor granadino (este sí, experto en Lorca), Ponce ha montado su creación sobre el hilo conductor de las cartas que el poeta envió a sus familiares en ambos viajes; el primero, a Nueva York, en 1929, «los nueve meses que cambiaron su vida», apunta el director, y el segundo, en 1933, a Buenos Aires y Uruguay, donde «le recibieron como a un torero y se hizo rico».
Le pone voz a esas misivas el actor Antonio de la Torre, después de que estudiosos y productores buscasen incansable (e infructuosamente) algún testimonio de su voz grabada. Este 2018, además, se celebra en Granada el Año Lorca, por las dos efemérides que se conmemorarán: el 120 aniversario de su nacimiento y el centenario de la publicación de su primera obra.
Ambos documentales se estrenarán el próximo día 5 de junio en más de 60 salas de 40 ciudades españolas, además de un centenar de cines de Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Buenos Aires, como parte del año de Lorca en el 120 aniversario de su nacimiento.
Por el momento no hay sala para estrenar en Granada, se lamenta el distribuidor Emilio González, de Versión Digital, que confía en poder hacerlo.
De Moncloa a Harlem
«Cuando llegó a Nueva York, él se sintió abrumado. Era un muchacho de pueblo, antes solo había estado en Madrid, viviendo en la Residencia de Estudiantes, y los edificios le llaman muchísimo la atención», comenta Ponce, que se desplazó a los lugares originales donde Lorca estuvo.
Allí, Lorca descubre «la vorágine humana de Manhattan, vive el caos y el derrumbe de la Bolsa de Nueva York, descubre la Universidad de Columbia y se sumerge en las largas veladas de los clubes de jazz de Harlem, que chocan mucho con la España de la que él salía».
Producidos por Producciones Cibeles y Canal Sur Radio, los documentales están salpicados por los comentarios de expertos y estudiosos de su obra, como Ian Gibson, Christopher Maurer, Laura García Lorca y Antonio Muñoz Molina, entre otros.
Pero también hay testimonios de admiradores de la obra lorquiana como Lluís Pasqual, Verónica Forqué, Paula Ortiz, Santiago Roncagliolo y Andrés Newman, cuya abuela, Dora, aporta una curiosa anécdota: con nueve años, su padre la llevó al teatro en Buenos Aires a ver Bodas de sangre y se enamoró de Lorca. Guarda su foto con la de otros familiares.
«Entendí que teníamos que ofrecer una muestra contemporánea de los que significaron estos viajes, tanto para él como para las ciudades, por eso -explica Ponce- nos servimos de pequeñas historias de personajes anónimos donde la figura de Lorca ha marcado momentos de sus vidas».
«Toma este vals»
Así, muestra a una actriz que llora explicando cómo Lorca le dio una voz y un camino a su carrera con sus textos; a una pareja de titiriteros que sigue representando El retablillo de Don Cristóbal, esta vez, como crítica al mundo actual, o artistas e intérpretes de tango, entregados a la poesía del artista granadino.
Es la música de Silvia Pérez Cruz la que abre con una versión del Pequeño Vals Vienés de Lorca, con Pajarito a la guitarra, el documental Luna grande. Un tango por García Lorca, un «granito de arena» que Ponce ha dejado como poso de su trabajo.
Su otra aportación, cuenta orgulloso el director, es un inmenso mural que firma el grafitero granadino El niño de las pinturas en el barrio chino de Nueva York, que fue ilustrando a lo largo del rodaje la historia del poeta y se ha quedado allí, para disfrute de los turistas.
El tercer capítulo, aún sin título, que se encuentra actualmente en fase de preproducción y comenzará el rodaje en noviembre, abordará el viaje que no pudo realizar a México, ha explicado el productor Pepe Flores.